Este es un relato sexo en familia de madres incesto españolas muy breve que me gustaría me dijeran si les gustó para seguir y poner el siguiente. Porque la madre había llegado ya de trabajar y Mateo estaba jugando a la play. Le preguntó que por qué no iba a jugar con los amigos pero él estaba desganado.
-Hace mucha calor, prefiero estar aquí, mamá.
-Sí, pero llamó Rafa -tu amigo- hace un rato para que salir, ve con él un rato.
-Te he dicho que no mamá, y ¡cierra la puerta!

De esta manera Mateo despidió a su madre y la invitó a que dejara la compra e hiciera sus labores. No quería que le molestara porque estaba en su habitación. Jugando a su juego preferido en la play. Y estaba en otras cosas, con el ordenador abierto. En más de una ocasión la madre lo había pillado infraganti haciéndose un pajote telefonico con extrañas maduras al teléfono erotico en la linea erotica rubias, que le ponen un montón.

O bien, lo había pillado fisgando tías en pelotas por la red. Por páginas de chicas más jóvenes que ella como placercams, morbocornudos y spalumi. Y la madre había sentido celos de verlo así, desde la puerta entreabierta. Espiarle era una de sus aficiones, ya contaré más otro día.  Y ella sentía celos, de saber que se excitaba con otras mujeres que no fuese ella, ni que fuera por la red.

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Pero ese día, putimama incesto tenía otros pensamientos. Pensamientos que a veces son extraños, cuando se refiere al amor de madre. Hacia su hijo, pero amor carnal de incesto.
De repente, mamá no contenta con la negativa de su hijo volvió a su habitación. Pero esta vez se había ya quitado la ropa de andar por la calle y se había puesto cómoda. Tan cómoda que llevaba una bata de esas de estar por casa, muy fina, pero no transparente y debajo nada. Se había quedado en pelotas solo con esa bata puesta.

-¿qué haces mamá, no te he dicho que no me molestes?
-¿por qué hablas así a tu madre, yo no te he hecho nada, no? -le dijo ella acercándose ya en la habitación
-¿no ves que estoy ocupado?
-sí, pero era por si querías o te faltaba algo, ¿quieres un vasito de leche, colacalo, un zumo…?
-No quiero nada…

Pero ese día ella quería más, realmente estaba atractiva. Con esa bata de andar por casa como esas madres incesto españolas, sin maquillar y solo tenía ojos para Mateo, su hijo. Con la bata medio abierta dejaba entrever esas tetas caídas, vencidas por el tiempo, por muchos manoseos y por horas de amamantarlo. Y ella seguía acercándose.

-Hijo, ¿sabes una cosa?
-¿Queeeee……?
-Desde hace tiempo estoy muy sola y la verdad…. me gustaría…- y tocándole en el hombro- que me hicieras algo de compañia…
-¿Cómo compañía?
-No sé….- dijo ella sentándose en la cama y aproximándose mucho más…

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Sin más y sin esperarlo metió la mano por su entrepierna buscando su polla. Él supo enseguida sus intenciones. Veía a la madre muy cerca notando su respiración acelerada, con sus tetas caídas muy cerca, la bata era un decir, porque estaba todo abierta. Y las veía colgar a la perfección.

Él dejó que siguiera y ella en cuanto agarró su polla, una vez la tuvo en su mano la empezó a manosear, y a pajear con su mano muy caliente. Madres ardientes XXX como ella pocas. Dejaré una foto más.

-seguirá, si les gustó, pueden comentar dejaré unas fotos