Maduras tetonas de Tinder, Badoo, Lovoo, que van de recatadas, pero luego, nada de eso. Mujeres de toda la vida que se apuntan desesperadas a estas páginas webs, en busca del amor de su vida. Su principito azul, su amor interminable, y al final lo que muchas quieren, es la polla de su vida. Yo conocí a esta mujer, de cara velada por la seguridad que lleva, por Meetic, que es para ligar y cosas así.
Al principio de hablar con ella nada parecía lo que luego fue, toda una jaca paca en la cama. Con sus cincuenta años ya cumplidos y encima con marido, es decir, que al quedar conmigo, supongo que lo haría un cornudo de tomo y lomo; se decidió a tener un encuentro sexual con un extraño. O sea, conmigo
Una señora de los pies a la cabeza, de alta cuna y baja cama. Tanto es así, que en cuanto pudimos concertar un encuentro, algo difícil ahora con el Covid-19, lo hicimos a lo grande.

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Y lo bueno es que después de hablar un rato, me dio su teléfono. Yo en principio quería haber tenido una conversación caliente por móvil, como un telefono erotico, de esos de Visa o tarjeta, que pagas y vas directo al grano. Iba caliente con toda esta mala época que estamos atravesando. Y ahora después de Navidades, está saliendo toda la rabia contenida. Todo lo que llevo dentro, que es mucho.
El caso, y seré breve, es que me dijo que está casada pero quería tener una aventurilla. Vamos, en mi lenguaje, que se la follaran por todos lados, menos por las tetas, que las tiene muy sensibles. O eso es lo que me dijo.
Y la verdad es que después de hablar por móvil, de escuchar su voz corrida por la vida y de también ponerme caliente solo hablando, tuvimos que quedar. Era necesario. Y el punto de inflexión fue una foto que me envió, medio desnuda, con sus tetas colgando y una faldita de colegiala, medio subida. Que se le podía apreciar su raja desflorada y otoñal.

-¿te gusta?

Me dijo luego después por teléfono, después de recibir en mi celular su foto, además se le veía el anillo de casada. Total más morbo añadido.

-Si me gusta? Eso te lo diré cuando quedemos…
-¿Cuando será…?

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Y la verdad que no tardamos en quedar, y para más morbo, la llevé a mi propia casa. Que estoy yo solo, y vino como si viniera la mujer de la limpieza a dejar la casa como la patena, como los chorros del oro. Lo cierto, es que no limpió ni el lavabo, pero me dejó la polla, con más brillantina que Grease. Su saliva es como un lubricante, ni Durex lubricantes para maduras tetonas, ni nada. Ensalivado natural de ama de casa zorreada.

La miraba y ella ni me hacía caso, mientras me cabalgaba. Era mi propia cabalgata de Reyes Majos. Menuda hembra, como a mi me gustan. Entrada en años, en carnes, y en jugos vaginales. Mi polla era el lago Victoria. Porque había venido a probar otra polla que la de su cornudo marido. Seguro pequeña y enrojecida.

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Y mi verga le daba todo lo que la zorra necesitada. Porque dentro de su gordo coño cada vez que entraba y salía, con el roce vivo, se engordaba más. Su gorda barriga me excitaba, sí, me ponía el glande como la cabeza de un guerrero. Y ella lo notaba.

• Así, así, dame más….no la saques.

Me medio suplicada, la notaba mujer sumisa, venida a menos con un extraño. Con el vaivén de sus tetones cincuentones. Con tus tetas caídas hasta el ombligo, mojada al máximo y haciéndome venir, y correrme una y otra vez.
¿Cómo no la habré conocido antes? Pensaba en bajo, mientras ella gemía de placer. Me estaba mojando todos los huevos, o se estaba meando. Qué más da, que haga lo que quiera. La señora tiene que disfrutar. Que se mee si le sale del chocho grande.
Desde entonces navego por estas webs y aplicaciones de citas para encontrar alguna mujer como ella o maduras tetonas.

Si alguna madura desatendida me lee, me puede escribir. Las webcam en vivo y en directo, por skype o lo que sea, también me apasionan. Más si son de linea erotica hotwife. De esas esposas de maridos cornudos, que se mojan viendo otros machos endurecidos y empalmados. Y lo que hacen es ponerles su coño enrabietado y hambriento a su disposición. Esa raja, que tantas veces niegan a los mansos maridos.