Llega el verano y con él los calores maduros de ésta época. Contaré poquito de mí y si quieren saber más, me lo pueden comentar. Aquí me encuentro con mi bata de estar por casa y con ardores internos que no me los extraigo ni queriendo. Ardiente pura.

Tengo 55 años, se puede apreciar en mí la madurez total de una mujer, físicamente no muy agraciada pero con los calores a flor de piel. Tengo un hijo ya mayor de veinte años que ahora ya ha acabado el año en la Universidad, está acabando la carrera y se ha marchado con amigos de vacaciones. Muy merecidas por cierto.

Y yo, aquí sola en casa, sin marido, porque me divorcié hace tiempo, mi sentir de mujer madura cada día aumenta más. Una mamá mas, una mujer en bata española, madura y caliente como ninguna. Me miro al espejo, me hago fotos para verme, y realmente a veces me encuentro no deseable. Mis senos están caídos y mi mirada es de mujer frustrada. De haber querido cosas pero no haber sido valiente. Ahora con internet y la tecnología me desinhibo como nunca antes. Y al menos me expongo para que jóvenes o no tan jóvenes pudieran opinar sobre mí. Y si les gusta, ofreceré algo más.

Así que gracias a todos los que me lean, y espero que éste sea un bonito verano de 2019. Sandra.

Tetas caídas de madura caliente y divorciada