Soy profesora de música particular en mi casa, así que aquí es donde vienen mis jovencitos alumnos a aprender las lecciones musicales. No doy clases ni en institutos ni en centros privados porque la verdad, me aburren, y aquí, en el calor casero me refugio y enseño de todo.
La verdad, para qué esconderme soy muy ardiente, bien que puedo estar enseñando las notas do y sol pero nada como el sexo para sentirme realizada. Soy una madurita primeriza, vamos, que tampoco soy muy mayor, recientemente he cumplido 42 años. Aunque por mi aspecto juvenil y mi sonrisa calentorra me dicen que aparento menos.
Cuando mis alumnos están aprendiendo todo lo que yo les ofrezco, y les veo en la silla del piano ignorantes de la pieza musical en cuestión, yo me arrimo como ninguna. Y esta profesora tetona se pone más caliente que cualquier otra mujer. De joven no tuve muchas experiencias sexuales, y ahora quiero vivir todo el tiempo perdido.

Profesora tetona pianista desde mi casa

Y es así como empecé a notar que mi calentura avanzaba a medida que tenía más jovencitos pipiolos con ganas de saber tocar el piano. Cuando sus padres los dejaban conmigo, yo hacía para atraerles la atención, y lo hago. Me iba con cualquier excusa al baño, y me cambiaba. Aparecía con un buen escote, un buen canalillo para que mi inocentón y tontín aprendiz viera lo que es una madura con ganas de guerra.
Yo me mojo cada vez que me acerco a su cabecita mientras, él sentado, me escucha atentamente, mi rajita se excita solo con el deseo de tocarle la polla. De saber cómo es. Tengo una 110 de pecho, gordita como dije, bbw española, lista para follar con jovencitos.
Me encanta hacerme selfies por casa, fotos porno profesoras porque no todo es estudiar y enseñar. Y me encanta poner cara de cachonda de profesora tetona, todo lo que a veces no puedo hacer. Últimamente hago videollamadas calientes, sin enseñar la cara por webcamer skype. Cosa que además de ganarme algo de dinero, me excita sobremanera. Así cómo no, el sexo telefonico, las lineas eroticas profesoras para enseñar a sus alumnos, es algo que me pone a mil. Me gusta susurrarles mientras sus mamas no están en casa, hablar con ellos a solas y decirles todo lo que les haría. Algunos me dicen que estoy gorda, gordita, pero qué más da, si estoy preparada para ponerte a cuatro patitas, ¿no creen? si quieren más fotos, susúrrenme al oído.