Desde que empezó toda esta nueva etapa, el confinamiento algunas de mis amigas se han divorciado y las he encontrado llamando al telefono erotico para mujeres. Una nueva forma de pasarlo bien.
Sandra la solterona desde toda la vida, al final se decidió casarse. En qué mala hora. Todos estos días de tener que estar con Jose, su marido, día tras día, la ha hecho ver la realidad: no lo soporta. Así que ni corta ni perezosa está iniciando los trámites de divorcio: «Ui, son muchas cosas las que hay que hacer para divorciarse….» Me dice resignada ante la cantidad de cambios que tiene que hacer.
El caso es que ha aparecido una nueva forma de diversión para ellas, desde la playa, desde su casa, con un telefono erotico metido por su vagina, de la excitación. Son las llamadas a los nuevos hombres de su vida, los que están en la otra línea erotica de al lado. Machos que les ofrecen el placer momentáneo de hacerse una paja desde sus habitaciones solitarias.
Teléfono erótico para mujeres cachondas
Son mujeres en edad de folleteo todavía todas mis amigas, que rondan desde los cuarenta años, cuarentonas, hasta casi los sensenta, cincuenta y pico. Y no olvidemos que una mujer está activa sexualmente hasta muy entrada edad madura. Con sesenta años hay abuelas que follan más que las teenegers de ahora, las más jovencitas.
Y así, de una forma muy sencilla, con un telefono erotico en la mano, se divierten, con las tetas a flor de piel, en la playa o en la cama, con el macho de turno. Nadie sabe de que están hablando, están tomando el sol en topless, con su móvil en mano, y están escuchando como se pajea un tío. Hace poco habrían hecho cornudo al marido con esta canita al aire, pero ahora no. Están divorciadas por lo mismo, para vivir la vida plenamente.
Es la nueva forma de diversión, la lejana para quedarse en casa y ni tocarse, muchas de ellas lo prefieren.
¿Como la tienes?- Isabel
Le pregunta Isabel, que tiene las tetas caídas, mucho morbo y está recién divorciada. Al otro lado de la linea de teléfono, tiene a un macho pollón. De huevos grandes y decidido como el que más. Y él le contesta desde esta linea de tios, o chaperos telefónicos o gigolós, según se mire, que dan rienda suelta a su extravangancia.
-Cómo quieres que la tenga…?
Le reta al otro lado de la llamada telefónica. Pero ya es demasiado tarde, Isabel, que le gustan más las pollas grandes que a un tonto mirar para arriba, ya está en fase 3. La fase del no retorno en la excitación y se ha metido parte de la cabeza del móvil en su dilatada vagina. Con un solo empujón más se correrá, colgará y habrá sido de lo más higiénico y satisfactorio del día. Que le aproveche a la puta de Isabel.
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