Se habían quedado solos, esta madre cachonda española y el amigo de su hijo. Llevaba tiempo siguiéndolo, tenía todo un morbo sexual por él difícil de parar. A ella con gustos raros, le gustaban gorditos y feos, antes que guapos. Eso sí, solo le ponían cachonda los pollones, las pollas grandes. Por eso, y por comentarios fuera de tono de su hijo, había oído que Raúl (el amigo) tenía buena polla. Eso la ponía bien cachonda.
Un día, cuando se quedaron solos por cuestiones que no vienen a cuento, ella se empezó a insinuar, le dijo que no se había duchado. Él en prinicipio no entró al trapo, no le siguió, pero ya se sabe como son las mujeres cuando quieren algo. Si van a por tu un tío, al final lo consiguen. Pues siguió: «Uy, me parece que me tendría que duchar, huelo fatal, a sudada… no sé, ¿qué piensas Raúl?
En realidad se trata de una de esas madres calientes, de esas putimamas incesto que viven a escondidas, con mucho calor interior pero desconocidas. Aquí pudo verse a esta mamá toda caliente y entregada para pajas rapidas.
Exceso morbo de madre cachonda española
Raúl no sabía donde meterse porque se le estaba poniendo dura de toda esa insinuación. Ella todavía estaba con el pijama de estar por casa y no podía aguantar esa situación. Llegaron a un punto que se hizo irresistible, a él le estaba abultando el pantalón del chándal y ella lo notaba.
Parece que algo ahí abajo se está poniendo grande, le decía ella para intentar ir más lejos. Anda, ven acércate y sácamela, no esperes más. Le dijo él.
No pasó ni un minuto cuando esta madre cachonda española a punto de explotar le estaba bajando el pantalón del chándal a Raúl. Y como un cohete, ese pollón duro se descabezó y apareció todo desnudo.
Menudo pollón, acertó a decir esta madre viciosa, que todo ese amor fraternal de una mamá en celo en busca de una buena polla. Se lo llevó para la cama lo desnudó de cintura para abajo que es lo que le importaba y comenzó a chupar. La polla de este amigo del hijo se puso muy gorda, ni le cabía en su boca viciosa. Pero comenzó a mamar como buena mamona, todo el tronco, los huevos, el capullo.
Raúl estaba tendido, con los ojos tapados por deseo de esta madre cachonda española, y con la polla durísima. Ella no paraba de chupar y de hacer realidad su sueño.
Al final le dejó sus bragas usadas de recuerdo para que se las llevara y pudiera usarlas con alguna corrida ahí.
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