Este verano la tetona cachonda en la playa está en la Costra Brava (Girona) paseando sus tetazas por la arena y tostándose al sol. Ella disfruta todos y cada uno de los días de sol en una localidad muy cerca de Lloret de Mar. Como cada día acude a su playa nudista que ya ha localizado, y como le encanta el dogging con voyeurs y solteros mirones, lo practica.
La zona de Lloret de Mar y alrededores es conocida por el ocio nocturno pero también por sus playas limpias y resfrescantes. Nuestra amiga madura no duda en acudir a ellas y sobre todo a playas nudistas que hay en pequeñas calas. Como es lógico se pone caliente siempre que ve un buen tío está mirándola. Sabe cómo seducirlos solo con exhibirse.
Dogging de tetona cachonda en la playa
Así que una vez se muestra antes los mirones sin pudor, esas dos tetazas son el reclamo perfecto para cualquier bañista o mirón. Porque sus pezones marrones gordos, reflejan ese poderío de madre española solitaria. Pasando unos días de «Rodriguez» o «María», para todo el placer de quien la mira. Y no deja de humedecerse cuando observa esos paquetes bajo bañadores, creciendo al ritmo de sus pezones.
Nada comparable al calor de la playa, a esa prima tetona que decide llamarte un buen día. Que no sabes si es por familia o por busca compañía. Sexo y familia se confunden en estos días de verano, las familias se juntan y ya no sabes si es tu tía o la tía de otro. Porque se pasea por casa con las tetas medio fuera, y tus dudas aumentan como lo que te dije.
Ellas no quieren recibir «fotopollas» caseras porque dicen que está mal visto. Pero muchas maduras se vuelven locas cuando practican sexting por Whatsapp con jovencitos, cuando abren la pantalla y ven semejante talla.
Al final, ella llega a casa caliente como el perro del hortelano y llama a ese follamigo telefónico de verano. Solo quiere darse placer y poner su coño como debe ser. Para hacerse la paja por telefono o dedo que le colme todo su prurito. Él le dice lo grande que la tiene, y ella se imagina ese gran trozo de carne, entrando y saliendo. Solo de pensar en el roce, hace que se moje. Y es que además, aún mantiene el olor a machos, de las corridas de hace un rato, entre arbustos y en la playa, en el dogging de esas tetas de campeonato.
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