Su marido se había ido, estas lesbianas calientes se descubrieron esta misma tarde. La de las gafitas es la gordita casada, tetona y caliente. La vecina más caliente todavía, es la señora rubia, sesentona por no decir abuela ya, sin marido, viuda y con ganas de marcha. Eran las siete de la tarde y no sabía qué hacer y visitó a su vecina.
Ella, la gordita tetona estaba tranquila nunca hubiera imaginado hacer de hombre con su vecina rubia. Pero la abuela estaba muy caliente y quería zambomba por detrás. Con toda la pasión del mundo, con toda la rabia que pudiera ser, así quería ser penetrada. Ya no le bastaba internet y esos chats de maduras y sumisas que frecuentaba.
Folladas de lesbianas calientes a cuatro patas
Y es así cómo llamó a la puerta de esta pareja de vecinos, con ella en casa y él trabajando. Cualquier excusa fue buena para que esta abuela tetona acabara por los suelos y a cuatro patas. Es lo que quería y su amiga tampoco se echó atrás. Desde el momento que la vio tan necesitada le dijo:
- Pasa pasa, que mi marido no está, ahora te doy lo que necesites, rubia de mis amores…
Vaya si se lo dio, después de hablar durante un rato de cosas banales o sin importancia acabaron acariciándose las piernas. Esos muslos bien gordos de ambas que parecen las piernas de un ruso. Ya después determinaron quién iba a dominar y quien ser la dominada.
La abuela cachonda rubia pronto supo su sitio y con un arnés bien gordo y de 20 cm, nuestra amiga casada gordita empezó a follarla. Pero antes la anciana viciosa lo chupeteó cual Kojac de fresa.
- Dame más, antes de que anochezca, antes de que venga tu marido, ese soso que no te aprovecha, dame …
Le decía desde abajo sin poder hablar más porque las embestidas cada vez eran más duras. La gafitas madura gorda se follaba a la abuela . Lo hacía con toda la pasión del mundo. Con toda la fuerza de esas dos lesbianas calientes en casa y solitas dispuestas a llamar algún numero erotico tetonas. Después le comió las tetas, las tetazas y sus pezones endurecidos. Le sabían a leche de vaca excitada. Se corrieron de gusto como dos buenas cerdas, como si se tratara de una pareja de hombre y mujer. Repetirán.
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